Para el
bizcocho
·
200 ml de aceite de girasol
·
200
gramos de azúcar moreno
·
100 gramos de azúcar blanco
·
4 huevos M
·
300 gramos de puré de calabaza
·
1 cucharadita aroma de vainilla
·
275 gramos de harina de trigo
·
1
cucharadita y media de levadura química
·
1 cucharadita de bicarbonato sódico
·
1
cucharadita y media de canela en polvo
·
Media
cucharadita de nuez moscada en polvo
·
Media
cucharadita de jengibre en polvo
·
125 ml de buttermilk
Para la
crema
·
5 yemas de huevo
·
70 ml de agua
·
220 gramos de azúcar blanco
·
315
gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
·
4 cucharadas de caramelo
Para el
caramelo
·
190 gramos de azúcar blanco
·
85
gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
·
115 ml de nata para montar
·
1 cucharadita de sal
Para el
merengue
·
2 claras de huevo
·
180 gramos de azúcar blanco
Comenzaremos preparando
el caramelo. Para ello pondremos el azúcar en un cazo a fuego medio. Cuando
comience a derretirse, vamos moviendo con cuidado con una cuchara de palo. En
este momento se formarán unos pegotes de azúcar, pero seguid moviendo hasta que
se disuelva por completo. No subiremos el fuego en ningún momento para que no
se nos queme el azúcar. Seguiremos moviendo hasta que el caramelo tenga un
color ámbar.
En ese momento lo
retiramos del fuego y agregamos la mantequilla con cuidado, porque nos puede
salpicar y quemarnos. Movemos despacio hasta que se integre. Añadimos la nata y
mezclamos hasta que tenga un color homogéneo. Dejamos templar la salsa de
caramelo en el cazo, y a continuación la pasamos a otro recipiente para que se
enfríe por completo.
Precalentamos el horno a
180ºC con calor arriba y abajo. Tamizamos la harina junto con la levadura, el
bicarbonato, la canela, la nuez moscada, el jengibre y la sal, reservamos.
Mezclamos el aceite con
el azúcar moreno y el azúcar blanco, hasta que se integre. Agregamos los
huevos, uno a uno, y no añadimos el siguiente hasta que el anterior esté
totalmente integrado en la mezcla. Una vez la masa está homogénea, añadimos el
puré de calabaza, y mezclamos hasta que la masa tenga un color homogéneo. Echamos
la mitad de la harina, batiendo a velocidad baja. Cuando se haya integrado
añadimos el buttermilk y mezclamos bien. Agregamos la harina que nos queda y
mezclamos bien.
Repartimos la masa en los
moldes, que habremos engrasado previamente, y horneamos durante 35-40 minutos,
o hasta que pinchemos con un palillo y salga limpio. Retiramos los moldes del
horno y los dejamos enfriar por completo sobre una rejilla, entonces ya
podremos desmoldar.
Desmoldamos los bizcochos
y los cubrimos con film y los guardamos en el frigorífico toda una noche, así a
la hora de montar la tarta la miga se habrá asentado y nos resultará más fácil
el montaje.
Para preparar la crema,
pondremos las yemas en el bol de la batidora y batiremos con las varillas.
Mientras tanto pondremos el agua y el azúcar en un cazo hasta que llegue a los
118ºC. Cuando el almíbar llegue a la temperatura indicada, lo echaremos con
cuidado sobre las yemas, que ya habrán montado, sin dejar de batir, y teniendo
la precaución de no echarlo sobre las varillas. Seguimos batiendo a velocidad
máxima durante unos 10 minutos, hasta que la mezcla se enfríe completamente.
Agregamos la mantequilla y batimos durante al menos 5 minutos, hasta que la
mezcla se vuelva cremosa. Añadimos el caramelo y batimos hasta agregar.
Preparamos ahora el
merengue, poniendo el azúcar y las claras en un cazo al baño maría, moviendo
sin parar, hasta que el azúcar se disuelva por completo. Pasamos las claras al
bol de la batidora y batimos a velocidad máxima hasta que tengamos un merengue
muy brillante y haga picos duros.
Para montar la tarta,
igualaremos los bizcochos si fuera necesario. Colocamos el primer bizcocho
sobre el plato de presentación y a continuación una porción de crema. Seguimos
con el segundo bizcocho y más crema. Terminamos colocando el último bizcocho y
cubriremos la tarta con una capa muy fina de crema para sujetar las migas.
Refrigeramos la tarta unos 15 minutos. Ponemos una capa de crema más gordita y
decoramos al gusto. Ponemos el merengue sobre la tarta y quemamos con cuidado
con un soplete de repostería. Terminamos echando caramelo por encima.